Chismecitos de la vida

¿Qué hace a la vida maravillosa? Ban Sci vuelve a traernos un texto lleno de curiosidades científicas con el que sabremos más de las dimensiones que esconde la historia de la vida en el planeta y la importancia de que un científico sea un buen chismoso.
Editado por : Adrián Nieve

La vida es maravillosa desde muchas dimensiones, pero usualmente nos limitamos a solamente ver la vida que nos rodea en el presente, olvidando que la historia de la vida es enorme, mucho mayor que las miles de especies que habitan hoy en nuestro planeta. 

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Gran mortandad / Foto: DAWID ADAM IURINO

Lo digo porque los científicos somos bien chismosos. O curiosos. Sí, suena mejor curiosos. Los científicos queremos enterarnos de todos los dramas de la vida de antaño y hemos podido enterarnos de algunas cosas muy interesantes. Así que hoy, para poder apreciar más la historia de la vida, les presento este artículo con algunos buenos chismecitos de la misma.

Los datos muestran pruebas sólidas de vida primitiva (bacterias), hoy fosilizada, que está datada entre 3770 millones y 4280 millones de años atrás. Es una cantidad muy muy grande, lo que la vuelve también demasiado difícil de imaginar. Pero, para ponerlo en perspectiva, tratemos. 

Imagina que un segundo fuera un año. Esa será la escala de tiempo de Ban (patente pendiente) para este artículo. Un segundo equivale a un año. Con esa escala, en la historia de la humanidad, el ser humano recién llegó a la Luna hace un minuto; las pirámides de Egipto fueron construidas hace poco más de 1 hora; un meteorito cayó en la Tierra, ocasionando la extinción de los dinosaurios, hace como dos años; ¡y la vida en general recién inició hace poco más de un siglo atrás! (119 años). Es bastante tiempo. Y en todo ese tiempo han pasado un montón de sucesos de todo tipo. 

¿Sabían que la vida casi se extinguió en cinco ocasiones diferentes? Así es. Hay diversas pruebas que nos muestran descensos abruptos en la cantidad de fósiles y materia orgánica en momentos precisos de nuestro pasado. 

La primera gran extinción se llama la del Ordovícico-Silúrico, pero yo prefiero decirle la del mar gélido. Hace 14 años en la escala de tiempo de Ban (440 millones de años atrás en la escala mundial), la vida era completamente marina y ahí fue que sucedió el mar gélido. Aún hay varias hipótesis de qué lo ocasionó, pero se cree que masivas erupciones volcánicas o incluso una supernova (una estrella que explotó) pudieron desequilibrar a la química del mar, ocasionando una era glacial masiva que extinguió al 85% de las especies. La vida, en adelante, fue recuperándose en base a ese 15% sobreviviente.

La segunda gran extinción es conocida como la del Devónico. Mejor llamémosle la extinción de las plantas. Hace 11 años en la escala de tiempo de Ban (370 millones de años atrás), se cree que las primeras plantas en colonizar la superficie fueron tan exitosas y que se reprodujeron un montón, alterando así la química de la atmósfera y del mar, lo cual terminaría enfriando al planeta demasiado. Se estima que un 82% de las especies se extinguieron y, nuevamente, la vida tuvo que prosperar desde un pequeño 18% sobreviviente.

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Asteroide que causó la extinción de los dinosaurios / Foto: Getty

Ahora viene la más terrible de todas. La tercera gran extinción masiva sí que tiene un nombre viral: LA GRAN MORTANDAD, que ocurrió hace ocho años en la escala de tiempo de Ban (250 millones de años atrás). Esta extinción fue la más desastrosa, ¡por poco se extingue todo! Y es que se juntaron muchos desastres. 

El peligro comenzó con la madera. El nuevo invento de la vida (los primeros árboles) fue tan exitoso, que no existía organismo alguno que pudiera comer madera, al menos por algunos millones de años; así que se fue acumulando madera de los árboles que morían bajo tierra, convirtiéndose luego en carbón, acumulándose hasta formar grandes depósitos de carbón. 

Y entonces, ¡la catástrofe! 

Una enorme actividad volcánica en Siberia incendió todo ese carbón. Imaginen un incendio del tamaño de Rusia que dura miles de años. Y así fue. Tanta ceniza y humo ocasionó este incendio, que sobrevino un invierno de siglos, seguido de un calentamiento global que elevó la temperatura muy de golpe, tanto de la superficie como del mar. Todo ello fue demasiado para la vida. Se estima que un 96% de las especies se extinguieron. Y de ese 4% es que venimos nosotros.

La penúltima extinción masiva fue la del Triásico-Jurásico, a la que mejor bautizamos como la extinción del continente partido. Hace seis años, en la escala de tiempo de Ban (200 millones de años comunes), toda la tierra estaba unida en un supercontinente llamado Pangea. Cuando ese supercontinente se partió en dos (formando el actual océano Atlántico), ocasionó mucha contaminación en el mar y en la atmósfera, sin mencionar que la vida se seguía recuperando de LA GRAN MORTANDAD. En esta separación, un 76% de las especies se extinguieron, pero esto también dio espacio para que los dinosaurios puedan gobernar la Tierra.

Y, finalmente, ahora llegamos a la más famosa. Hace dos años en la escala de tiempo de Ban (65 millones de años atrás), cayó un asteroide de 10 kilómetros de largo. Ese evento apocalíptico ocasionó megaterremotos, tsunamis y contaminación del océano, además de incendios y un largo invierno de muchos años. Alrededor del 76% de las especies se extinguieron y ello dio paso a que nuestra familia, los mamíferos, puedan tener la oportunidad de tomar control de más espacios.

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Pruebas en fósiles microscópicos de un descenso abrupto entre una época y otra / Foto: Frank Schönian (izq.); Alessandro Montanari (der.)

Hoy en día, muchos científicos creen que la humanidad está generando una sexta extinción masiva. Y es que seguimos una misma tendencia: somos una especie muy exitosa que está desequilibrando la química del planeta (como lo hicieron las plantas y árboles en su tiempo). Ya sabemos que eso no es nada bueno. La diferencia es que nosotros tenemos conciencia de ello, sabemos lo que estamos ocasionando. ¿Será que haremos algo al respecto? 

La vida es maravillosa. Y también es muy resistente. La vida y el mundo pudieron resistir cinco grandes golpes e igual florecer hasta convertirse en lo que vemos hoy en día. Tanta flora y fauna, tan diversa e interesante a lo largo y ancho del planeta, somos todos los sobrevivientes de un universo implacable. Personalmente, imaginar cuántas especies tuvieron que pasar e irse me hace tener más cariño por lo que nos rodea.

Existen muchos más chismes interesantes, no solo con la vida, si no con toda la realidad en su vasta historia. Ser chismosos (curiosos) es quizá algo bueno, siempre y cuando nos pueda ayudar. Los científicos asimilan muchísimo de su curiosidad: lecciones de las cuales podríamos aprender; errores que podemos evitar y anécdotas que nos nutren, no solo en conocimiento, sino también en sabiduría.

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