Charlas breves con escritores: La Aparicio
¿Quién es La Aparicio? Cuéntanos un poco de la persona detrás de la influencer.
Wow, influencer…
Soy Natalia, una politóloga frustrada. La verdad es que conseguir trabajo en el rubro es una tarea bien difícil, por eso trabajo en una empresa privada 8 horas que no tiene nada que ver con Ciencia Política. A veces, no me explico cómo da el tiempo para producir contenido, trabajar, ir al gimnasio y leer; supongo que es la energía vital que llevo encima gracias a mi juventud y mis ganas de hacer algo más que mi aburrido trabajo en línea.
Tengo una hija perruna, se llama Cookie, tiene 11 años y es mi compañerita, ha estado en los momentos más duros. Ahora mismo estoy viendo como envejece, como sus ojitos se van poniendo grises, sus siestas haciéndose más prologadas y como su cuerpito se va encogiendo; me hace temblar de miedo de solo pensar en el día que tenga que partir.

También soy amante de las plantas, mi departamento cada vez es más parecido a una selvita urbana, se respira verde en 76 metros cuadrados.
Soy viajera también, siempre que puedo me doy unas escapadas.
¿Cómo es que decides estudiar politología?
En un principio pensé en Relaciones Internacionales, pero era una carrera que no existía en Cochabamba, así que lo más parecido era politología. Pero vaya que no me equivoque con mi decisión, eso me parece lo más curioso. ¿Cómo lo supe desde mis 17? ¿Cómo atiné a una carrera que me apasiona? Todos sabemos que muchos se equivocan al tomar una decisión tan importante en la vida como la carrera profesional. ¿Cuántos se cambiaron de carrera a la mitad o cuántos sienten que se equivocaron con esa decisión?
Supongo que siempre lo supe, la práctica política en mi vida surgió intuitivamente. Desde pequeña me metía a opinar, a debatir, a intentar conciliar dentro de mi familia, de mi grupo de amigos. Claro que en su momento solo me guiaba por la intuición y no pensaba en las escasas salidas laborales que tiene este rubro, pero bueno, aquí estamos usando TikTok para ejercer solo por amor y placer.
¿Cómo nace tu canal en Yotube y TikTok? ¿Qué te inspiró a combinar tu faceta de politóloga con la creación de contenido digital?
Siempre me gustó meter mi cuchara y dar mi opinión cuando no me la pidieron, pero me costó cinco años animarme y empezar a producir contenido en redes sociales. Recién me anime a dar el paso de producir seriamente este año. Tenía terror a exponerme y hablar de política en un país tan polarizado como Bolivia. Pero ya sentía que mi vida estaba estacándose solo con mi trabajo convencional, necesitaba un picantito. Y además, al charlar con personas de política, me daba cuenta que yo sabía un poquito más del juego de poder político que solo se sabe cuándo se abre un libro de teoría política. Pensé que quizás, lo que tenía para decir sí podía resultar útil a las personas que les interesa.
¿Cuál es la consecuencia más terrible de la desinformación en la era de las redes sociales?
El propio boicot o el boicot colectivo a nuestra paz o tranquilidad. Esto puede provocar polarización, peleas cibernéticas, hasta incluso enfrentamientos que, muchas de las veces, están politizados. Por ejemplo, los sucesos del 2019 en Bolivia y la cantidad de información falsa que circulaba, definitivamente beneficiaba a aquellos que vieron en la división una oportunidad para ir creando la narrativa que les convenía. Lo mismo pasa en diferentes latitudes y en distintas luchas de las personas. Me parece que por detrás están intereses políticos y/o económicos: terminamos siendo marionetas.

También la mera eliminación de nuestra capacidad de racionalizar lo que vemos.
¿Qué tan propensos a la desinformación son los políticos y gobernantes bolivianos? ¿Y la gente? ¿Qué tan propensa a la desinformación es la población en general?
Yo creo que todos somos propensos. Caer en la desinformación es fácil, mucho más cuando uno quiere confirmar sus creencias o cuando toca algo personal o emocional. La desinformación puede convertirse en exactamente eso que buscábamos confirmar para sentir que sabemos, que no nos equivocamos. A veces hasta puede ser un abrazo al alma creer en una fake new, por eso hay que estar atentos, ver qué juega con nuestras emociones.
En un país tan polarizado como Bolivia, ¿cómo se puede ser apartidista?
Es y ha sido un camino largo y difícil. En el pasado fui muy radical con mis posiciones, no solo políticas sino con la vida en general. Casi todo era blanco o negro para mí; pero varias metidas de pata, errores, papelones y ansiedad me llevaron a empezar a tomar posiciones más equilibradas. Bailar en los grises sin sentir que estaba siendo tibia fue clave. Al principio me obligaba a buscar todas las aristas posibles para luego opinar, analizar o tomar decisiones. Pero ya ahora con la práctica se me da un poco más natural, obviamente no es infalible y tener enfoque critico es del día a día.
¿Cómo hacer un análisis crítico sin que te encasillen en uno u otro bando? ¿De qué formas ya te han encasillado?
Casi siempre intento adelantarme al encasillamiento, por eso en muchos de mis videos utilizo un filtro de blanco y negro para hacer disclaimers o aclaraciones. Sin embargo, hacer análisis crítico muchas veces incomoda, y al incomodar a las personas, estas prefieren encasillar. Creo que también de ese miedo me voy desprendiendo poco a poco, poniendo esa responsabilidad en el otro y yo decido hacerme a un lado.
Ya me han dicho de todo. Dependiendo quien lo ve, o le conviene creer, puedo ser masista, pitita, una blanquita sin conciencia de clase, o una hueca solo por no saber pronunciar la “r”. Quizás el insulto o casilla más interesante es el de “chapi-jailona”, ese sí que me saco una buena risotada.
¿Crees que tu enfoque apartidista te permite llegar a una audiencia más amplia o, por el contrario, limita tu influencia entre quienes buscan posturas más definidas?
Creo que el ser apartidista no me quita tener posturas definidas, eso en principio. Mis posiciones políticas son claras. Pero respondiendo a la pregunta, yo creo que definitivamente limita. A veces a las personas solo les gusta el re afirmarse en el otro y un enfoque como el mío puede ser desalentador. Lo triste es que el algoritmo no te ayuda si el video no genera controversia o debate. A TikTok, Instagram, YouTube les encanta la interacción, por eso los comentarios, los likes y las peleas hacen que los videos se muevan mucho más; y tener posiciones fuera de la polémica puede ser incluso un castigo.

¿Cómo evitas que tu activismo sea percibido como un apoyo velado a ciertas agendas partidarias?
No había pensado que lo que hago es activismo, ¿Qué tipo de activismo sería? Por otro lado, creo que no lo evito, simplemente se me da porque no le debo nada a ningún partido. Ni ideológicamente porque no me identifico con ninguno; y tampoco económicamente, eso me da mucha satisfacción. Mi economía no depende de la política partidista y esa es una ventaja. Para muchas personas metidas en el vaivén del poder, el bolsillo está en juego.
Basándote en los comentarios y reacciones del público en tus diferentes redes sociales, ¿cómo dirías que está la participación y percepción política en Bolivia?
Muy polarizada, me da terror. No son todos así, pero definitivamente para muchos es una batalla cibernética constante entre el bien y el mal. A veces pienso que estar tan polarizados puede ser como “fase” cuando empiezas a politizar tus opiniones; al menos, ese fue mi proceso. Por eso, aunque radicales, las opiniones de las personas o su intento de participar puede ser positivo, solo por el mero hecho de empezar a politizarse. Entiendo a la politización como el involucrarse en asuntos que van más allá de la esfera personal y que pasan ya en la convivencia con el otro, sea en un grupo de amigos, de familia, de barrio, etcétera.
¿Qué opinas de la frase: "el apartidismo es una posición, no existe neutralidad ni en el análisis ni en la opinión ni siquiera en la posición; apartidismo es una posición política y personal"?
Totalmente de acuerdo. Ser apartidista es tomar posición también y no es neutral. La formación de pensamiento o el ejercicio de producir un propio conocimiento, o de formar opiniones, es un ejercicio epistemológico que viene cargado de experiencia y de vivencia. En consecuencia, es una posición de donde se entiende o se lee la realidad. Por ejemplo, mi apartidismo es una amalgama de mi ser mujer, ser joven, ser un poco más blanca, haber tenido ciertos privilegios, ser clasemediera. Por supuesto, también tiene que ver con mis condiciones materiales y eso ya de entrada me aleja de la neutralidad.
¿Cuál es tu lectura de las percepciones y participación política de los jóvenes bolivianos? ¿Hay educación política en Bolivia? ¿O estamos un poco a la deriva?
Estamos complicaditos una gran mayoría. Pero sí creo que los jóvenes estamos un poco más a la deriva por el mero hecho de no haber vivido suficientes eventos históricos como para tener una perspectiva más amplia de los que pasa en el país. Obviamente, esto podría ser solucionado si nuestra historia fuera más divulgada y democratizada; mirar al pasado es fundamental para entender el presente. Yo no quiero echar la culpa solo a lo obvio, ya sabemos que las instituciones académicas fallan, que la educación pública es precaria y que no se puede exigir educación política a un adolescente/joven que tiene que trabajar porque no tiene para comer.
Pero creo que es también el desinterés personal. Muchos de mis compañeros de colegio no recuerdan ni siquiera claramente las condiciones en las que se fundó el país porque, claro, no era importante para ellos en su momento, aun con estómagos llenos y energía para aprender. Siempre fue fácil cortar un pedazo de papel, meterlo en el lapicero transparente y chanchullar las fechas y las batallas del siglo XIX.
¿Crees que las mujeres tienen un papel diferente en la discusión política en línea?
Sí, venimos a aportar con otra mirada. Recién hace 72 añitos que las mujeres tenemos derechos políticos en Bolivia, todavía no nos hemos puesto al día en relación a los hombres. Estamos igualándonos en condiciones, aceptación y valoración. Especialmente en el área rural —eso sí que duele— he visto muchas compañeras no tener la capacidad ni de decidir cómo se maneja la plata del hogar. ¿Cómo sería la política con muchas mujeres que tengan voz? ¿Cómo nuestras vivencias sociales y biológicas como mujeres pueden modificar el rumbo político? Tenemos que esperar no más, ¿cómo se modificaría el tablero de ajedrez en 50 años?

¿Alguna vez te has sentido presionada para adoptar una postura en temas controversiales debido a las expectativas de tu audiencia?
Sí, pero no me dejo, o eso intento. Debo confesar que cuando me toca adoptar posturas controversiales siempre intento correrle los extremos fáciles y buscar una vuelta de rosca aunque esté clarita mi posición, a veces incluso a favor de un partido. He aprendido a esperarme un poquito y no dejarme llevar al calorcito del momento.
¿Crees que el activismo digital puede traducirse en cambios tangibles en la realidad política del país?
Totalmente, ¿cuánto tiempo en promedio pasamos detrás de las pantallas al día? ¿Es más real lo digital o lo tangible, lo físico? Basta con poner un tópico de moda y las personas pueden impulsar cambios. Pasó con el progresismo en el extranjero, pasó con Milei o con Trump, por ejemplo. Quizás no le llamaría activismo, solo realidad virtual.
¿Qué metas tienes para tu futuro tanto en la política como en tu carrera en las redes sociales? ¿Hay algún proyecto en particular que te entusiasme desarrollar en los próximos años?
Me encantaría que las personas me busquen como referencia para formar sus propias opiniones, para eso tengo que crecer. Me puse como meta unos dos añitos para crecer tranquila, creo que voy a paso lento, pero firme. Estoy super expectante con las elecciones presidenciales que se vienen, espero contribuir con información para que las personas puedan emitir su voto con más herramientas políticas.
¿Qué estrategias empleas para comunicar tus análisis políticos sin inclinarte hacia un partido o ideología específica, especialmente en momentos de alta tensión social y política?
Intento jugar a la abogada del diablo para los bandos involucrados, busco darle sentido a la lógica de pensamiento de un partido o ideología para construir un análisis un poquito más amplio. Esa es la labor de los politólogos: intentamos ver todas las aristas y hasta a veces hacemos un análisis medio interdisciplinario porque en la política está involucrada la economía, la psicología, la sociología, la religión, y puedo seguir.
Hace un par de meses lanzaste una pregunta en tus redes y me gustaría saber tu propia respuesta a ella: ¿qué te hace boliviana?
No sé. Sin hacerme la interesante o la profunda, podría decir que un buen chuflaycito mientras bailo con una servilleta toda ajada, cantando a gritos:
“Soy de aquel pueblo de las flores
Del valle andaluz, bañado de luz
Ebrio de colores
Viva mi valle florido
Que es jardín de amor, de rosas en flor
Y es un verde nido”

La verdad me siento más latinoamericana que boliviana, pero es un tema para otra charlita breve.
Para ir terminando, ¿qué estás leyendo actualmente?
Ahorita estamos en aventuras rusas, Noches blancas de Dostoyevski.
¿Qué autores o autoras recomiendas leer?
Camila Sosa Villada, me voló la cabeza.
¿Qué libros te antojas leer, pero todavía no lo hiciste?
Me antojo por supuesto Matasueños de Adrián Nieve, ¿qué mejor que leer a buenos conocidos?

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