Madeleine Rubin de Celis: “Bailar es mi mejor forma de expresión”

Este 21 y 22 de junio, en Ekklesía (calle Colon y av. Mariscal Sta. Cruz, La Paz), vuelve a pedido del público El Príncipe de Egipto – El Musical, una adaptación musical del filme animado de DreamWorks. Con esa linda excusa, hablamos con Madeleine Rubin de Celis, directora coreográfica de este musical, acerca de su trayectoria.

¿Quién es Madeleine Rubin de Celis? Cuéntanos un poco de tu trayectoria.

La danza ha sido parte de mi vida desde que tengo uso de razón. Siempre amé bailar. Empecé mis estudios de danza clásica a los siete años en la Escuela del Ballet Oficial de Bolivia y los continué en Estudio Dance Mariela Gonzáles, habiendo también pasado clases con Norma Quintana y Magaly Rodríguez. El 2009 incursioné en el jazz dance en la academia Nova Danza (Cochabamba) dirigida por Juan Carlos Ferrufino. Del 2011 al 2014 fui parte de la compañía de Jazz CODA dirigida por Fabricio Ferrufino. El 2016 formé parte de SHA (Danza Contemporánea) teniendo como profesores a Sergio Valencia y Haru Beltrán. 
 
También pasé diferentes cursos de perfeccionamiento: ballet clásico y jazz dance en la Fundación Julio Bocca en Buenos Aires, Argentina (2011). Ballet clásico en el Summer Intensive del ABT American Ballet Theatre en Estados Unidos (2011), jazz y theatre dance en Steps On Broadway en Estados Unidos (2011, 2012, 2015 y 2018), y ballet clásico en Studio Harmonic en Francia (2014 y 2016). Como profesora participé en el “Teacher Training - ABT National Training Curriculum” (2011, 2012, 2016 y 2018) en el American Ballet Theatre en Estados Unidos, habiendo obtenido la certificación para enseñar la metodología de esta prestigiosa institución. 

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Foto: Madeleine Rubin de Celis

Actualmente soy bailarina independiente y directora de iDance Academy. Fui productora de eventos artísticos habiendo producido junto a Macondo Art obras como Hairspray, Jesucristo Superestrella, Las Criadas y Chicago. También fui productora de Don Quixote, obra de ballet clásico dirigida por la maestra Norma Quintana.

¿Qué es lo que te apasiona más de la danza? 

La danza es mi modo de vida, me ha acompañado desde que era pequeña. Es mi mejor forma de expresión. Bailo y me olvido de todo. Me ha regalado momentos y experiencias hermosas. Sin duda, es una disciplina muy sacrificada, me ha requerido mucha entrega y dedicación. Pero la recompensa es enorme, realmente alimenta mi alma. 

En lo ideal, ¿qué debe hacer una persona para dedicarse profesionalmente a la danza?  
Principalmente, se necesita mucha disciplina. Sin disciplina no se llega a ningún lado. Por otro lado, es importante definir si se quiere ser profesional en Bolivia o en el exterior. Si fuera en Bolivia, es recomendable formarse también para dar clases o tener otra profesión paralela ya que en nuestro país es muy difícil vivir solo como bailarín. Si fuera en el exterior, en primera instancia hay que entender que conseguir entrar a una compañía profesional de danza es super competitivo. Se tiene que tener un muy buen nivel en danza, además de perseverancia y fuerza de voluntad. 

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Foto: Madeleine Rubin de Celis

¿Qué nos puedes contar del ámbito de la danza en el panorama cultural boliviano

Lastimosamente es difícil hacer danza en Bolivia. Es casi imposible vivir siendo bailarín (a excepción de algunos casos). Por lo general si queremos vivir de la danza, los bailarines debemos dar clases, o tener proyectos propios. La mayoría de las veces, nuestra sociedad todavía ve el trabajo de los bailarines como si fuera un hobby. Como sociedad, queda aún un largo camino por recorrer.

Cuéntanos un poco de la historia de iDance Academy

iDance es mi vida, mi trabajo soñado. Nació de mi voluntad de querer formar bailarines que sean instruidos de forma académica, a los cuales pueda transferir mi pasión por la danza. Trabajo con un plantel docente soñado, un dream team. Somos varios profesores en la escuela, y nuestro objetivo es formar bailarines quienes, desde la técnica, puedan explorar diferentes estilos de danza como ballet clásico, jazz, contemporáneo y lyrical. La escuela ha pasado por diferentes etapas a lo largo de los años, con altos y bajos como todo. Cada experiencia nos ha enseñado algo. Actualmente estamos trabajando en diferentes proyectos, disfrutando siempre de cada etapa.

Como directora coreográfica, ¿cuáles son tus responsabilidades en específico?

Soy responsable de todas las escenas que requieran una coreografía. En su mayoría, estas son realizadas por el cuerpo de baile, pero hay algunas que las hacen los cantantes y/o actores. Soy la encargada de coordinar con la producción todo lo que tenga que ver con los bailarines: vestuario, cronograma de ensayos, sesiones fotográficas, entre otros. Y, finalmente, me encargo de coordinar con los directores de las otras áreas (canto, coro, música, actuación) todo que se necesite para ensamblar su trabajo con el de los bailarines.

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Foto: Madeleine Rubin de Celis

¿Qué se puede hacer si en una obra te encuentras con un actor o actriz que a lo mejor no tiene mucha afinidad con la danza?

Me tocó trabajar con cantantes y actores que no bailaban y que su papel requería danza. Por lo general es gente predispuesta a aprender. Son retos que presenta el teatro musical, que los artistas en escena sean integrales. Desde mi lugar, en estos casos siempre he preferido trabajar de forma muy personalizada, ver cuáles son los fuertes de la persona con la que me toque trabajar y, en base a eso, armar algo de acuerdo a sus posibilidades. 

¿Hay alguna forma de que puedas explicar el proceso detrás de diseñar una coreografía? 

Para armar una coreografía es super importante tomar en cuenta con cuánta gente se la realizará, el nivel de cada bailarín, la música que se vaya a utilizar y qué es lo que esta debe representar. En lo que concierne una puesta de teatro musical, hay que tomar en cuenta también si habrá cantantes y/o actores en escena y cuánto deben interactuar con los bailarines.

¿Cómo está siendo para ti el trabajar en El príncipe de Egipto

Es un proceso bastante placentero. Si bien yo me encargo de hacer la dirección coreográfica del musical, también trabajo junto a dos grandes amigos y compañeros de trabajo quienes montaron varias de las coreografías del musical: Haru Beltrán y Juan Víctor Alarcón. Dicen por ahí “divide y vencerás” y es, realmente, cierto. Gracias al apoyo de Haru y Juan Víctor, pude dedicarme de verdad a la dirección coreográfica global de todo el musical sin perder la cabeza (ríe). Y es que en otras ocasiones tuve procesos bastante estresantes queriendo hacer todo yo sola.

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Foto: Madeleine Rubin de Celis

¿Cuál de los números musicales de esta obra, a nivel de danza, está siendo el reto más interesante y que más sorprenderá al público? 

Pienso que la parte de Sangre/ Plagas es un reto interesante, ya que no solo la coreografía es compleja, sino también la parte interpretativa. Además, debemos cantar mientras bailamos y esa parte es super complicada ya que es bastante rápida.

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Foto: Madeleine Rubin de Celis
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