Mi primer beso me lo dio una mocosa
Cuando yo tenía un año, dos meses y una semana, el sábado 30 de agosto de 1969, a las 19:46, se emitía el primer programa del Servicio Nacional de Televisión. La televisión, en blanco y negro, había llegado a Bolivia, con un retraso de 33 años respecto al resto del mundo. Para cuando tuve 6 años, la dictadura de Banzer y la COMIBOL distribuyeron cinco mil televisores en las minas con facilidades de pago, como una forma de contrarrestar el discurso contestatario de las radios mineras. Yo vivía en Colquiri, una mina cercana a Oruro, pero estoy seguro de que no teníamos televisor hasta mis 8 años, y ya para entonces había dado mi primer beso e incluso mi segundo beso.

Ella, la del primer beso, era la hija de una familia amiga con la cual seguramente compartíamos fiestas, cumpleaños, etc. Años después nos gozaban de que éramos “chicos”, pero con esas ocurrencias que tienen los mayores que a la fuerza quieren formar parejas entre los niños de sus círculos. Yo no la volví a ver más hasta nuestra adolescencia, cuando ya nuestras familias se fueron a vivir a La Paz y yo volví a visitarlos; pero no sucedió nada, pues no se cumplía eso de “donde hubo fuego cenizas quedan”.
En Colquiri sí había un cine, pero no me acuerdo de haber ido tan niño, tal vez sí cuando ya ingresé a la escuela pues me acuerdo de películas hindúes, en una de las cuales un niño se quemó sus ojos con una vela para pedir limosna como ciego.
Dicen que nuestros recuerdos más antiguos lo son por ser traumáticos. Aun veo que a mi abuelita la bajaron en una frazada, debió tener un desmayo por la presión alta (ella luego se fue a vivir a Cochabamba). El otro recuerdo vívido y “lindo”, por así decirlo, fue de mi primer beso.

Estábamos en el patio de mi casa, cuyo piso era de piedra pizarra, jugando con lindos juguetes pues en la mina se vivía muy bien. Mis padres eran profesores y tal vez mis “suegros” también, o funcionarios de COMIBOL, y sacaban para navidad lindos juguetes. Hubo un rato, una pausa, en que dejamos de jugar y así, sentados, nos dimos un beso, y luego volvimos a jugar. Esa mocosa fue la que me dio mi primer beso y, literal, me acuerdo de su líquido y transparente moco mojando mis labios.
Si hasta entonces no había visto nunca a nadie besarse ni en la tv ni en el cine ¿qué nos impulsó a besarnos a nuestros tiernos 5 o 6 años?